La ansiedad es un mecanismo de defensa del organismo que se activa ante situaciones que son percibidas como amenazantes o estresantes. Se puede sentir una ansiedad normal ante situaciones cotidianas como esperar una noticia, cambiarse de casa o cuando se acerca una fecha especial, por nombrar algunos ejemplos. En estos casos podríamos considerarla como “buena”, ya que permite adaptarnos y actuar de determinada manera ante ciertas situaciones y lo más importante, es que no genera repercusiones para tu salud.

Existen otras instancias en que este mecanismo funciona de manera alterada, impidiéndonos hacer nuestras actividades cotidianas de manera normal y generando alteraciones en la salud. Muchas veces se busca afrontar este problema con estrategias que no son las mejores y no generan beneficios, como, por ejemplo, comiendo desmedidamente. 

La  comida y la ansiedad están muy ligadas entre sí. Al comer creemos solucionar nuestro malestar de raíz, pero surgen emociones desagradables, activando un círculo vicioso donde repetimos la conducta de volver a la comida, en especial a aquellas ricas en grasa y azúcares, que tienen también un alto contenido de carbohidratos, afectando la glicemia y el autocontrol.

Ésta relación que se observa entre hábitos alimentarios y ansiedad sólo permite un alivio temporal de las emociones, aumentando, con el paso del tiempo, el malestar percibido y la necesidad de consumir una alimentación  poco saludable y balanceada

Hoy queremos ayudarte a lidiar con esta hambre emocional, entregándote algunos consejos y recomendaciones para reconocerla y manejarla.

¿Qué significa “hambre emocional”?

El hambre emocional es el uso de alimentos, como método para afrontar las emociones y no para calmar el hambre. Por ejemplo, ante una emoción como tristeza, en lugar de buscar consuelo, usamos la comida para evadir el problema

Las diferencias son:

Hambre real Hambre emocional 
Aparición lenta y es predecible+ tiempo sin comer= + déficit de energía = + hambreAparición rápida y repentina
Se siente en el estómago, como un rugir de tripas, un vacío y movimientosSe siente como una ansiedad localizada o difusa en la parte superior del estómago
Puedo esperar para comerNecesito comer ahora
Dejo de comer cuando estoy satisfecho/aSigo comiendo aunque esté satisfecho/a
Puedo comer cualquier alimentoDebo comer el antojo

¿Con qué alimentos puedo manejar el hambre emocional? 

Algunos de los alimentos que pueden ayudarte con el hambre emocional son: el chocolate amargo, las legumbres, los frutos secos, las carnes, los pescados, el tofu y la soja.

Estos alimentos son ricos en triptófano permiten la formación de serotonina, conocida como la hormona de la felicidad. Por esta razón, preferir estos alimentos genera una sensación de bienestar y felicidad.

Lo importante es tomar consciencia de cómo estás llevando tu alimentación. ¿Comes rápido, comes de pie o viendo la televisión? Estos son algunos de los factores que podrían favorecer la aparición del hambre y tengas que comer. Sin embargo, esta no es hambre emocional, solo estás comiendo mal.

Para evitar que pase te aconsejamos:

  1. Planifica dónde y qué comerás. Es ideal que comas en un lugar destinado para esto, sin ruidos molestos ni tensiones.
  2. Reposa un tiempo luego de comer. Si tienes compañía aprovecha de conversar y saber cómo está la otra persona o cuéntale algo positivo.
  3. No uses el celular mientras estás comiendo. Trata de dejarlo lejos y en silencio para que no te distraiga su sonido.
  4. Evita comer con culpa. Esto te impedirá disfrutar los alimentos y seguirás con hambre a los pocos minutos.
  5. Come lento, identificando olores, sabores y texturas de tus alimentos. Hazlo tal como lo enseñó Remi en Ratatouille.

Si crees que estás teniendo problemas con el hambre emocional, realiza este ejercicio de 6 pasos:

  1. Detente y toma conciencia. Si sientes hambre después de comer o fuera de tus horas de comida, atiende a las señales de tu cuerpo e identifica si es emocional o real
  2. Analiza. Si identificas que es hambre emocional, analiza tus sentimientos. ¿Por qué estoy sintiendo hambre? ¿Qué estoy pasando? ¿Qué estoy pensando?¿Qué pudo haber gatillado esta hambre emocional? 
  3. Lleva un registro. Anota qué estás sintiendo, la situación en que apareció y qué tipo de alimento se te antojó.
  4. Toma una decisión consciente. Espera 5 minutos antes de comer, respira profundamente y toma un vaso de agua.
  5. Si decidiste comer. Revisa tu estado de ánimo a los 10 minutos de haber comido y pregúntate ¿Cómo me siento? ¿Me siento feliz y satisfecha?
  6. Trabaja tus sentimientos. Analiza y descubre cuál fue el sentimiento que activó tu hambre emocional y anota las estrategias que puedes usar para la próxima vez que aparezca.

Si necesitas apoyo puedes contactarte con nosotros, estamos aquí para acompañarte y guiarte.

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